sábado, 29 de marzo de 2014

La carretera del Pamir

 "...siempre entre montañas se llega a alcanzar una altura
que se dice que es el lugar más alto del mundo.
Y cuando se llega a aquella altura uno se encuentra
con un gran lago entre dos montañas...
Esa altiplanicie se llama Pamir...
 La región es tan desolada y fría que no se ve ningún tipo de ave volando por allí.
"
Marco Polo, "Libro de las Maravillas del Mundo"

 Uno de los destinos que más nos atraen al planificar nuestro viaje es atravesar la carretera del Pamir, entre Kirguistán y Tayikistán. La Pamir Highway es la segunda carretera más alta del mundo, después de la Karakorum Highway, con varios pasos por encima de los 4.000m y una zona de altiplano entre los 3.500 y 4.000m

 
  El nudo del Pamir es una encrucijada en la que confluyen las estribaciones montañosas del Karakorum, Tian Shan, Hindu Kush y Kunlum. Junto al Tibet, es conocida como "El Techo del Mundo",  aunque parece ser que los habitantes de estas tierras también la denominan "Los pies del Sol". En Tayikistán la mayor altitud es el pico Ismail Samani (7.495m, conocido antes como pico Comunismo). Al sur del Pamir nace el río Amu Daria (el antiguo río Oxus de los griegos), el mayor río de Asia Central, que desemboca en el mar de Aral.
  Los inviernos son duros y largos, con veranos frescos y cortos. Nuestras previsiones son estar allí a comienzos del mes de octubre, en teoría una época en la que aún no habrán comenzado las nevadas...
 
 
 
 
 La carretera del Pamir es el eje económico y de comunicación de la región. Fue una gran obra de la ingeniería soviética en la década de 1930, y forma parte de la ruta M-41 (desde Afganistán hasta Kirguistán, cruzando Tayikistán). Nosotros la atravesaremos en dirección norte-sur, desde Osh hasta Khorog (aproximadamente 725km). Tenéis su altimetría en la imagen anterior.
 
 

 
 
 Ocres y un inmenso cielo azul estampado de nubes llenan un paisaje desolado. Pocos asentamientos bordean esta carretera que cruza un territorio austero, azotado por el viento. Está asfaltada casi en su totalidad, puede que haya alrededor de 100km en todo el recorrido que sean simples pistas. El tráfico es escaso, hemos leído que quizás unos 30 coches y camiones al día en verano, y posiblemente en otoño no lleguen a 10...
 
 En Sary Tash se puede ir hacia el este, y llegar por el Irkestam Pass a Kashgar (ciudad mítica de la Ruta de la Seda, quedará pendiente para otro viaje; esta vez no pasaremos a China). El paso entre la frontera kirguís y tayika es el Kyzyl Art Pass (4.280m), y después llegaremos al lago Karakul, el lago situado a mayor altitud de Asia Central
 
 
 
 La cúspide de la carretera es el puerto de Ak Baital (4.665m), para pasar hacia Murgab, el pueblo más grande del recorrido. Desde allí contemplaremos el Muztagh Ata (7.546m),"Padre de las montañas de hielo", ya en territorio chino, más allá del paso fronterizo de Kulma Pass. Nos dirigiremos luego hacia el oeste hasta Khorog, la capital de la región autónoma de Gorno-Badakshan.



 
 
 
 La mayoría de la población en Tayikistán pertenece al grupo étnico tayiko, emparentado con la cultura y la lengua persa. Pero los pamiri, habitantes del Pamir, tienen diferencias lingüísticas con el resto de los tayikos (su dialecto deriva de una rama distinta de las lenguas iranias), y también religiosas: el resto del país profesa en su mayoría el rito suní, mientras la mayoría de los pamiri profesa el ismalismo, una rama del chiísmo bajo la égida del Aga Khan.
 
En el entorno de Murgab una gran parte de la población es kirguís, etnia de origen turco, que continúa practicando el nomadismo, con sus rebaños de ovejas y yaks.
 
 
 
 
 
  A finales  del siglo XIX se desarrolló en la región del Pamir una parte importante del "Gran Juego" entre británicos y rusos, inmersos en sus expansiones colonialistas. Se estableció que los ríos Panj y Pamir constituían la frontera entre Afganistán y el Imperio Ruso, mientras que la línea Durand, al sur, marcaba el límite entre la India británica y Afganistán. Esto dejaba una estrecha franja de tierra como "amortiguador" entre los dos imperios, lo que se conoce como Corredor de Wakhan. Una "cuña" de territorio afgano de algo más de 200km entre los actuales Tayikistán y Pakistán, hasta la frontera con China (podéis apreciarlo en el mapa del inicio de esta entrada)
 
 En realidad este "corredor" ha sido zona de paso de caravanas de la Ruta de la Seda desde tiempo inmemorial, y el mismo Marco Polo atravesó esta región en dirección a Kasghar...
 
 Aunque es posible  desviarse desde Khorog hacia el sur, pasando por Ishkashim y Langar y enlazar de nuevo con la M-41, probablemente nosotros no nos acercaremos a la frontera afgana por motivos de seguridad (aunque nos perderemos paisajes espectaculares, seguro...)
 
 

 Marco Polo escribió que en las alturas del Pamir "el fuego no es tan claro y ardiente, ni del mismo color que en los demás lugares". Si tenemos la ocasión de contemplar una hoguera, os diremos como son las llamas que nos calienten en el Techo del Mundo...
 
 
 
 



miércoles, 12 de marzo de 2014

Los kazajos del Altai

  Hace casi trescientos años un grupo de pastores kazajos, huyendo de las guerras tribales, dejó las estepas y marchó hacia el este, en busca de nuevos horizontes. Atravesaron las montañas del Altai y encontraron un territorio con pastizales capaces de alimentar sus enormes rebaños. Se establecieron en lo que hoy es la provincia más occidental de Mongolia, Bayan Ölgiy. Allí pervive como una tradición viva la cetrería, la alianza entre el hombre y el águila para cazar juntos, practicada ya por sus antepasados hace más de dos mil años.
  Su medio de subsistencia principal sigue siendo hoy día sus rebaños, ovinos y yaks, y el ritmo de sus periódicas migraciones lo dicta la búsqueda de pastos que aseguren la supervivencia durante el largo invierno.




  Pero el verdadero icono de este pueblo son las águilas: su adiestramiento para la caza es una de las facetas más sobresalientes de su cultura. Se utilizan hembras de águila real, por su mayor envergadura. Se capturan como pollos en los meses de verano,  muchas veces directamente del nido. Aunque el ave puede llegar a vivir treinta años, la mayoría de los cazadores la liberan al cabo de unos diez años. La tradición cetrera se transmite de padres a hijos, siendo normalmente el varón de menor edad el encargado de mantenerla. Se estima que en la actualidad en el Altai quedan menos de trescientos berkutchis, cazadores con águilas.

 


  La temporada de caza comienza con la llegada de los meses fríos, entre octubre y abril. El principal objetivo son los zorros, cuyo pelaje se utiliza para la elaboración de ropas de abrigo. Raramente el cazador obliga a su águila a enfrentarse al lobo.

  En el entrenamiento de las águilas hay dos órdenes básicas que el ave debe seguir: el shahiru y la sirga.
 De pie o montado a caballo, el cazador utiliza el shahiru, una pata de conejo, como cebo para llamar al águila a su brazo. La obediencia a esta llamada es esencial durante la caza, para que el ave regrese tras un intento fallido.
 Atada a una cuerda y arrastrada por un caballo, la sirga (una piel de liebre o de zorro rellena) se usa para simular el movimiento de una presa. Así, cuando el águila la captura, el cazador la obliga a dejarla a cambio del shahiru. Repetido cientos de veces, con este ejercicio aprende que el premio de la caza no es la presa, y evita que destroce la piel del zorro cuando llegue el momento de la verdad.


 

  Hay un equipamiento básico, formado por un espeso guante de piel en el brazo del cazador en el que se posa el águila, y una horquilla de madera, el baldák, sujeta sobre la silla de montar, para apoyar el puño. Al águila se le pone una tira de cuero en cada pata para facilitar su manejo, y se cubre su cabeza con una caperuza también de cuero. Como curiosidad, sujetan en la espalda del águila y en el gorro que llevan los cazadores un penacho de plumas de búho real, con ello se protegen de los malos espíritus...

   



   A comienzos del mes de octubre se celebra en Ölgiy el Festival de las Águilas Doradas. Un acontecimiento social con competiciones de caza y de destreza a caballo, donde llegan a poderse contemplar a varias decenas de berkutchis con sus aves.

  Nosotros llegaremos antes de esa fecha a Mongolia, no vamos a tener la suerte de poder asistir. Confiamos en la hospitalidad de este pueblo, y esperamos que en los gers que encontremos en el camino podamos admirar la majestuosidad de sus águilas...




 Las fotografías de esta entrada y de la cabecera del blog pertenecen a Jimmy Nelson, forman parte de un reportaje de pueblos en riesgo de desaparecer

jueves, 6 de marzo de 2014

Los nómadas de las estepas, conquistadores del mundo

   Esta entrada es un extracto del prefacio de "El Imperio de las Estepas", de René Grousset


 Atila, Gengis Kan, Tamerlán... Esos nombres están en la memoria de todos. Estos grandes "bárbaros" surgen en nuestra historia, y bruscamente, en sólo unos años, convierten en un montón de ruinas las viejas civilizaciones. Su llegada, sus móviles y su desaparición parecen inexplicables a ojos de Occidente.

   Y sin embargo, jamás hombre alguno ha sido en mayor medida el hijo de la tierra, se ha explicado por ella, resulta inmediatamente legible desde el momento en que se conoce su modo de existencia.
  La estepa ha fabricado esos cuerpos pequeños y fornidos; el viento desapacible, el frío excesivo o el calor tórrido han modelado esos rostros de ojos oblicuos, de pómulos salientes, han endurecido esos torsos nudosos. Las necesidades de la vida pastoral de trashumancia han determinado su nomadismo y condicionado sus relaciones con los sedentarios, basadas a veces en tímidos préstamos, y a veces en sanguinarias correrías.



  En el gran territorio de las estepas de Asia Central las condiciones geográficas no permiten el desarrollo de la vida agrícola más que en pequeños núcleos, lo que provocó que la mayoría de su población prosiguiera indefinidamente la vida nómada, mientras los pueblos que les rodeaban llegaban a otros estadios de desarrollo.
  Para los sedentarios de China, Persia o Europa, el huno, el turcomano y el mongol eran, pues, meros "salvajes"...

   Pueblos pastorales y cazadores que, en los años de sequía, sobre la escasa hierba de la estepa, se aventuran de fuente de agua seca en fuente de agua seca hasta la linde de los cultivos, para contemplar desde allí el milagro de las abundantes cosechas, y el lujo de las ciudades. En tales condiciones, la avalancha periódica de los nómadas hacia las tierras cultivadas es una ley de la naturaleza. Las sociedades sedentarias ceden ante el choque, el nómada entra en la ciudad y sustituye sin demasiado esfuerzo a los potentados que ha derribado. Años después aparecerán ante sus fronteras nuevas hordas, que reiniciarán la misma aventura... 



  ¿Pero cómo es que el mismo ritmo se renueva durante casi mil trescientos años? Ello se debe a que durante todo ese tiempo el nómada ha poseído un desarrollo y una ventaja militar enormes. Ha sido arquero a caballo. Una caballería increíblemente móvil de arqueros infalibles, esa ha sido el arma que le ha dado sobre el sedentario una superioridad incontestable.

  Nadie puede igualarse en este terreno al mongol. Adiestrado desde la infancia para cazar al galope, habituado al acecho invisible y paciente, a todas las trampas de cazador, de las que depende su alimento o, lo que es lo mismo, su vida, en ese terreno es imbatible. El arquero a caballo de la estepa ha reinado sobre Eurasia durante trece siglos porque era la creación espontánea del propio suelo, el hijo del hambre y la miseria, el único medio que tenían los nómadas de no perecer totalmente en los años de escasez.
  



 ¿Pero por qué cesa dicha superioridad? Porque a partir del siglo XVI los sedentarios oponen al nómada la artillería... Los cañonazos con los que Iván el Terrible dispersa a los últimos herederos de la Horda de Oro marcan el fin de un período de la historia. Los arqueros kalmikos que el romanticismo de Alejandro I opondría todavía a Napoleón en los campos de batalla de 1807 debieron parecer surgidos de un pasado inverosímil.

 Sin embargo, sólo hacía tres siglos que esos arqueros habían dejado de ser los conquistadores del mundo.

Fuente: René Grousset ,"El imperio de las estepas"

De un lugar a otro...

 Esa es la definición de nómada según la RAE: "Que va de un lugar a otro sin establecer una residencia fija. Que está en constante viaje o desplazamiento".

 La etimología del término nómada es curiosa. La palabra nómada no es griega ni latina, sino que se trata de un préstamo en ambas lenguas. Procede de númida. Los númidas eran un antiguo pueblo norteafricano, que vivía en el amplio entorno donde luego se fundó Cartago. Eran trashumantes y ganaderos, y excelentes jinetes. Herodoto adaptó su nombre al griego "nomas, nomados", haciendo coincidir su raíz con el vocablo "nomos" (que significa "pasto"); así nómada significaría "apacentador, que se traslada habitualmente en razón de los pastos".
 Los númidas del Sahel fueron pues los principales nómadas conocidos para los pueblos mediterráneos antiguos. Acabaron formando un reino poderoso, fueron aliados de los romanos, y formaron parte de las tropas auxiliares de las legiones romanas, constituyendo cuerpos de caballería ligera.

 Nosotros, durante cuatro meses de viaje, seremos nómadas, según el diccionario... En busca de los de verdad.