domingo, 27 de abril de 2014

Samarcanda, entre la realidad y el mito

"El nombre de "Samarkanda" no evoca ninguna ciudad terrestre. Tiene un sonido que roba el corazón. Samarkanda apenas habita en los lindes de la geografía. Su nombre tiene un timbre de rareza que sale de la tierra; fue sede de un imperio tan lejano en sus estepas y desiertos que no rozó Europa sino para aterrorizarla. Después se sumió en la oscuridad durante siglos, y centelleó en la imaginación popular (...) pero su realidad estaba fuera de todo alcance."
 
 
 A pesar de las palabras de Colin Thubron, las crónicas de los viajeros actuales avisan: la primera impresión de Samarcanda hoy en día puede decepcionar, pues el urbanismo soviético ha engullido los restos arquitectónicos de la que se considera una de las ciudades más antiguas del mundo aún habitadas, con una historia de más de 2.750 años a sus espaldas. Hay que saber mirar, y al contemplar sus maravillosas cúpulas azul turquesa rememorar qué ha significado durante siglos Samarcanda...





 "Jardín del alma", "Piedra preciosa del Islam", "Centro del universo", "Espejo del mundo", son algunos de los nombres con los que escritores y poetas la han descrito. Amin Maalouf, en su novela "Samarcanda", recrea su historia, centrándose en Omar Jayyám, el poeta, filósofo, astrónomo y matemático, que vivió aquí durante varios años, en el siglo XI.







 Samarcanda es hoy la segunda ciudad de Uzbekistán, aunque la mayor parte de su población es cultural y lingüísticamente tayika.

  Afrasiab fue la ciudad precursora de Samarcanda, fundada en el siglo VII a. C.; entre sus restos arqueológicos se encuentra un edificio que se dice que alberga la tumba de Daniel, el profeta del Antiguo Testamento.
  Alejandro Magno la conquistó, no sin dificultad, bajo el nombre de Maracanda, cuando era la capital sogdiana del imperio persa aqueménida.
  En el siglo VIII fue sometida por los árabes. Se cuenta que el secreto de la fabricación del papel se obtuvo a partir de la confesión de dos prisioneros chinos, lo que dio lugar a la primera fábrica de papel en el mundo islámico, en Samarcanda; desde allí se extendería a través de las conquistas árabes, hasta llegar a Europa.
 La ciudad prosperó, siendo uno de los puntos más importantes de la Ruta de la Seda.  Fue saqueada por los mongoles de Gengis Kan en 1220.
 El periodo más significativo de su historia llegó llegó con Tamerlán y sus descendientes, la dinastía timúrida , entre los siglos XIV y XV.
Después llegarían los uzbekos, y años después pasaría a ser gobernada por los emires de Bujara. En el siglo XIX  pasó a manos rusas, y en 1925 se convirtió en la capital de la República Socialista Soviética de Uzbekistán.





Tamerlán (o Timur Lang, "Timur el cojo"), fue el último de los grandes conquistadores nómadas de Asia Central. De origen turco-mongol, nació al sur de Samarcanda alrededor de 1330, y murió en 1405, cuando se dirigía a conquistar China. Sus grandes campañas militares comenzaron en 1370, y en poco más de dos décadas sus conquistas se extendían desde India hasta lo que hoy es Rusia, y desde la cordillera de Tian-Shan hasta Anatolia. Las crónicas nos hablan de alguien con una personalidad contradictoria, con afán destructor y capaz de actos de gran crueldad, pero con una gran inteligencia, amante de las artes y la poesía, y con grandes conocimientos de historia, astronomía y medicina; se dice que el ajedrez era uno de sus juegos favoritos...
 Convirtió a Samarcanda en la capital de su imperio, y durante más de treinta años construyó hermosos edificios que aún hoy perduran, atrayendo a la ciudad a los más reputados intelectuales y artesanos, haciéndola florecer a nivel cultural, artístico y también comercial.



 Estos son los principales monumentos de Samarcanda:

 Registán es uno de los lugares más impresionantes de Asia Central. El término significa "lugar de arena", pues fue construída sobre el lecho seco de un río. Alrededor de una gran plaza, que fue el centro medieval de Samarcanda, se encuentran tres monumentales madrazas (escuelas coránicas).
 En el oeste, la madraza de Ulugh Beg (terminada en 1420), es un homenaje a la ciencia, la astronomía y la filosofía. Enfrente, la madraza SherDar (1636), con sus dos rugientes felinos en la decoración de la portada, que desafían la prohibición del Islam de representar animales vivos. En medio de las dos, la madraza TillaKari (1660), con su hermoso patio. Las dos últimas fueron mandadas construir por el emir Yalangtush.




 Cuenta la leyenda que la mezquita Bibi Khanun ("reina de todas las mujeres") fue mandada edificar por la esposa de Tamerlán. En realidad, éste regresó en 1398 con un cuantioso botín procedente del saqueo de Delhi, y quiso edificar una mezquita que superase a todas las existentes en dimensión y belleza; los mejores artesanos de todos los puntos del imperio fueron asignados al encargo.
 Se derrumbó en un terremoto en 1897 y ha sido restaurada. Aunque hoy aún impresiona por sus desmedidas dimensiones es tan sólo una sombra de lo que fue, con sus cuatro minaretes y un patio central rodeado por un corredor de arcadas con 400 columnas de mármol blanco.




Unas suaves colinas coronadas por más de treinta mausoleos y criptas y un cementerio musulmán forman la necrópolis Shah-i-Zindah ("tumba del rey vivo"). Cuenta la leyenda que Qusam ibn Abbas, un primo del profeta Mahoma, el introductor del islam en Asia Central, fue decapitado aquí por un infiel, mientras rezaba. Pero por un milagro Abbas sostuvo su cabeza entre las manos, descendió a un pozo, y allí siguió viviendo. Por eso este lugar se convirtió en su santuario y lugar de peregrinación. Más tarde se convirtió en la necrópolis de la dinastía timúrida y de las personas destacadas de la sociedad de Samarcanda.





 La tumba de Tamerlán, el mausoleo Gur-e-Amir ("tumba del rey"), es uno de los monumentos mejor conservados de la ciudad. Además del de Tamerlán, guarda los cuerpos de dos de sus hijos, de dos de sus nietos y de su consejero espiritual.
 El edificio ocupa un importante lugar en la historia de la arquitectura islámica, como precursor y modelo, por ejemplo, del Taj Mahal (construído por descendientes de Tamerlán, la dinastía Mogol del norte de la India).


 

 El observatorio astronómico Gurkhani Zij fue construido en 1428 por Ulugh Beg, nieto de Tamerlán. Tiene un inmenso sextante mural de más de cuarenta metros de radio, que sirvió para calcular la posición de las estrellas y la eclíptica, elaborando el mejor catálogo estelar de la Edad Media, el Zij-i-Sultani, donde se detallan 1018 estrellas. Además Ulugh Beg calculó con extraordinaria precisión el año astronómico, con un ligero error de sólo 58 segundos.
 El observatorio fue destruido en 1449, cuando el gobernante-astrónomo fue asesinado. Pero sus restos fueron localizados y desenterrados a principios del siglo XX,  y posteriormente las autoridades soviéticas lo restauraron y edificaron un museo.






 Existe una curiosa conexión entre Samarcanda y España: en el siglo XV, el rey de Castilla Enrique III envió una embajada a la corte de Tamerlán, con la intención de crear una alianza en su guerra contra los turcos. El 8 de septiembre de 1404, Ruy González de Clavijo y su séquito rindieron pleitesía al que en aquel momento era posiblemente el hombre más poderoso de la tierra. Tamerlán atendió cortésmente y agasajó a los altos dignatarios de Occidente, pero se encontraba ya planificando su campaña militar contra China y partió a las pocas semanas. Fallecería meses después.
 El relato del viaje de González de Clavijo, entre 1403 y 1406, recogido bajo el título "Embajada a Tamorlán", es una de las joyas de la literatura medieval, comparable al célebre "Libro de las Maravillas" de Marco Polo...
 Como agradecimiento a sus visitantes, Tamerlán puso el nombre de Madrid a un pueblo a las afueras de Samarcanda (existían ya pueblos llamados Cairo, Bagdad, Damasco...). Hoy en día Madrid es un barrio de Samarcanda, y existe una calle dedicada al gran viajero: "Rui Gonsales de Klavixo ko´chasi".
 En el museo del observatorio de Ulugh Beg hay un mural que recuerda la visita del castellano:






 No veremos el esplendor que describe Ruy González de Clavijo en todo su apogeo, pero estoy deseando contemplar esos minaretes y cúpulas turquesas que figuran en la portada de "El corazón perdido de Asia", el libro que desencadenó la preparación de nuestro viaje...
 Como dijo el poeta: "Samarcanda, el más bello rostro que la Tierra haya vuelto jamás hacia el sol".

domingo, 20 de abril de 2014

Turkmenistán: Darvaza, "La Puerta del Infierno"

 Turkmenistán es uno de los países más cerrados al exterior del mundo, conseguir el visado de tránsito para nuestro Toyota va a ser complicado. Pero la visita a Asia Central no estaría completa sin esta república, y además es el punto de paso hacia Irán, otro objetivo tampoco fácil...

 Cerca del 80% de la superficie del país está ocupada por el desierto de Karakum ("las arenas negras"). Aunque el oeste se encuentra el litoral del Caspio, "oficialmente" se encuentra en el listado de países sin salida al mar, pues tanto el Caspio como el Aral se consideran  lagos. Son cinco millones de habitantes en un territorio algo menor que España, la gran mayoría de etnia turcomana, nómada en origen. Sus principales recursos son los hidrocarburos y el algodón (cultivado en las escasas tierras de regadío del Amu Darya y de los ríos del sur del país). Es el quinto país del mundo si consideramos las reservas de gas natural que posee, pero se estima que el 60% de la población vive por debajo del umbral de pobreza


 
 
Asjabad, la capital, es un "oasis urbano" de lujo y edificios notables en medio del desierto, una ciudad megalómana construída a la mayor gloria del anterior presidente.
 
 
 
 
 Turkmenistán cuenta con lugares declarados Patrimonio de la Humanidad, como Merv (la más antigua de las ciudades-oasis que jalonaban la Ruta de la Seda, con 4000 años de historia), Nisa (la capital del antiguo Imperio Parto) y Kunya-Urgench (la capital corasmia en tiempos del Imperio Aqueménida).
 
 Pero se podría decir que el "atractivo turístico" más conocido del país es algo con menos carga histórica, pero espectacular sin duda. Si se conduce 250km al norte de Asjabad, sorteando camellos por las carreteras del desierto, se llega hasta la pequeña aldea de Darvaza, de menos de 300 habitantes, en medio de la nada...
 
 
 
 
 En las inmediaciones de la zona, a comienzos de los años 70 del pasado siglo, unos geólogos soviéticos estuvieron realizando prospecciones en busca de hidrocarburos. Sin querer perforaron el techo de una cueva subterránea llena de gas natural, que se colapsó, produciendo un cráter de 60m de diámetro y 20 de profundidad.
 
 
 
 
 Lo que resulta chocante, al menos para mí, es que pensaron que la continua emanación de gas podría ser peligrosa, y no se les ocurrió otra cosa que prenderle fuego, pensando que se extinguiría en pocos días... Más de cuarenta años después, todavía sigue ardiendo...
 
 
 
 
 Al parecer, los habitantes de la zona la denominan "La Puerta del Infierno", y seguramente el crepitar de las llamas en el silencio sepulcral del desierto debe invitar a pensar en ello cuando uno se asoma al borde del cráter en la oscuridad de la noche.
 
 
 
 
 Un corto vídeo para hacernos una idea...
 
 
                                 
 
 
 De noche es visible a varios kilómetros de distancia. Se desconoce cuánto tiempo más puede seguir ardiendo, quizás décadas o quizás esté próximo a su final.
 
 Si llegamos a pasar por allí en nuestro camino desde Uzbekistán os contaremos qué se siente al calor de fuego a las puertas del Infierno...
 


 




lunes, 14 de abril de 2014

Kazajstán y el legado nuclear de la URSS

 Si viajáis por el noreste de Kazajstán es posible que os encontréis con un lago como este...

 
 ¿Parece bonito, verdad? Pues lo mejor es pasar de largo, y deprisa... En realidad es el agua acumulada en el cráter dejado por una bomba atómica. En serio.
 
 El Polígono de Semipalátinsk (hoy Semey) fue la gran instalación de pruebas nucleares de la antigua Unión Soviética. Una extensa región con una población de casi un millón de habitantes se convirtió en el mayor laboratorio nuclear de la historia.
  En agosto de 1949 la URSS lanzó su primera bomba atómica en este lugar. Fueron más de 450 pruebas, la última en 1989 (desde 1962 fueron explosiones subterráneas, hasta ese momento atmosféricas). A finales de los años ochenta, con la perestroika, los kazajos empezaron a movilizarse contra el Polígono. El 29 de agosto de 1991, cuando se cumplían 42 años de aquel primer experimento, se clausuró oficialmente. La ONU ha convertido esa fecha, el 29 de agosto, en el Día Internacional contra los Ensayos Atómicos.
 
 
 Cuando Kazajstán ganó la independencia en 1991 se encontró que de la noche a la mañana era la cuarta potencia atómica del mundo, pues había heredado todo el arsenal soviético que se encontraba en su territorio, más de mil cabezas nucleares. Renunció a mantener ese legado, y parte de las armas fueron destruidas in situ, otras fueron trasladadas a Rusia tras negociar con éste país un importante paquete de ayudas.

 
  Toda la región del antiguo Polígono es un recuerdo doloroso de la devastación que causan las armas nucleares. La incidencia de cáncer es muy elevada, y hay numerosos casos de niños nacidos con malformaciones.
 Las autoridades kazajas consideran que el 80% del territorio ya está lo suficientemente "limpio" como para ser utilizado para la agricultura, ganadería y minería. Pero un 5% del Polígono sigue tan contaminado que los efectos tardarán cientos de años en desaparecer.
 
Este es un interesante artículo para saber mas:
 
 
 

 
  Este es el lago Chagan. Fue el resultado de la primera prueba nuclear con fines pacíficos de la URSS, realizada en 1965. Formó parte de un proyecto de ingeniería que tenía como objetivo crear un embalse en la cuenca de ese río. Se detonó una bomba subterránea que perforó un agujero de 400 metros de diámetro y 100 de profundidad, y posteriormente se abrió un canal entre el recién creado cráter y el curso adyacente de las aguas.
 
 Este es el vídeo propagandístico soviético que intentaba convencer a la ciudadanía de que el lago era totalmente seguro...
 

 
 En la actualidad el agua sigue siendo radiactiva... Así que los habitantes de la zona lo denominan, muy apropiadamente, Atomkol (Lago Atómico).

viernes, 11 de abril de 2014

Desde el este: Zhang Qian, el "Gran Viajero"

 Hace veintidós siglos, un joven y audaz chino llamado Zhang Qian se dispuso a cruzar su país para desempeñar una difícil misión en las regiones del oeste, entonces remotas y misteriosas. A pesar de que no pudo cumplir su objetivo inmediato, el viaje resultó ser uno de los más importantes de la historia, puesto que desencadenó el conocimiento de Asia Central por parte de China.

 Zhang fue enviado a ese viaje de apertura de nuevos caminos por Wu Di, el emperador Han que a la sazón se enfrentaba a ataques cada vez más frecuentes de los viejos enemigos de China, los xiongnu.  Las incursiones en China de este pueblo guerrero fueron las que impulsaron la creación de la Gran Muralla, y sus descendientes encarnarían más tarde en Europa a los devastadores hunos.

 El emperador Wu Di supo por prisioneros xiongnu que estos habían derrotado años atrás a otro pueblo, los yuezhi y les habían obligado a huir hacia el oeste, más alla del desierto de Taklamakán. Wu Di decidió contactar con ellos y proponerles la unión de sus fuerzas para atacar a los xiongnu desde dos frentes a la vez.




 En el año 138 a.C. Zhang Qian, oficial de la casa imperial, partió con una caravana de cien hombres dispuestos a correr el riesgo, pero en la actual provincia de Gansu los xiongnu les atacaron, y mantuvieron cautivos a los supervivientes durante diez años. Zhang recibió un buen trato, pero mantuvo la idea de escapar tarde o temprano; un día, aprovechando que sus guardianes les habían ido permitiendo mayor libertad, consiguió huir junto a los hombres que quedaban de su expedición, y continuaron su viaje hacia el oeste.

 Por fin llegaron al territorio de los yuezhi,  para descubrir que estos ya no albergaban ningún interés en vengarse de sus antiguos enemigos. Zhang permaneció allí un año, reuniendo la mayor cantidad de información posible sobre ellos y otros pueblos de Asia Central. Cuando regresaba a la corte china, fue capturado de nuevo por los xiongnu, aunque consiguió escapar de nuevo... Finalmente, tras una ausencia de trece años, cuando ya hacía largo tiempo que se le daba por muerto, llegó a Chang´an, la capital Han, y se presentó ante el emperador. Regresó junto a un único superviviente de los cien hombres que habían partido con él originalmente.


 

 La información que Zhang Qian trajo consigo - militar, política, económica y geográfica- causó sensación en la corte Han. Gracias a su emisario, Wu Di supo de los ricos y antes desconocidos reinos de Ferghana, Sogdia y Bactria . El emperador envió muchas otras expediciones decidido a extender su imperio hacia el oeste, y Zhang dirigió algunas de ellas. Recibió el título de "Gran Viajero", y todavía hoy se le recuerda como un personaje importante  en la historia de China .

 Las consecuencias de este viaje fueron arrolladoras: a través de las vías comerciales con Asia Central, la seda llegó a Persia y de aquí a Roma. Se fue tejiendo de esa forma la red de caminos que von Richthofen bautizaría en el siglo XIX como "Ruta de la Seda".

 Y aunque fuese el erudito alemán quien le puso el nombre podemos afirmar, con toda justicia, que Zhang Qian fue el verdadero padre de la Ruta de la Seda...



Hacia el este: Alejandro Magno y la apertura del mundo

 Alejandro III de Macedonia (356-323 a.C.), quien pasaría a la Historia como Alejandro Magno, es uno de los personajes que mayor fascinación ha provocado en todas las épocas. En su corto reinado de trece años cambió por completo la estructura política y cultural del mundo conocido por Occidente, iniciando una era de extraordinario intercambio de conocimientos. Levantó el mayor imperio existente hasta entonces, aunque tras su temprana muerte sus sucesores no supieron mantener consolidada su hazaña.

 Sucedió a su padre Filipo II con apenas 20 años de edad. Tras lograr la hegemonía macedónica sobre toda Grecia, inició en 334 a.C. la campaña militar por la que sería más recordado: la conquista del Imperio Persa Aqueménida.


 

 Cuando Alejandro conquistó Frigia (en Anatolia), visitó el templo de Zeus donde Gordias había realizado su ofrenda, atando el yugo de su carro con un nudo tan complicado que nadie había sido capaz de deshacerlo jamás. Según la leyenda, quien lo lograse conquistaría el mundo. Alejandro no dudó: cortó el nudo con su espada. Esa noche se desencadenó una tormenta, que fue interpretada como un claro signo de que Zeus daba su aprobación a la tajante solución.

 En pocos años  Alejandro casi cumplió la profecía: sus dominios se extendían por la Hélade, Egipto, Anatolia, Oriente Próximo, Persia y Asia Central, hasta el valle del Indo. Sus ejércitos se negaron a avanzar más allá del Ganges. Regresó a Babilonia, donde falleció en oscuras circunstancias poco antes de cumplir 33 años.



 Cuando Alejandro se adentró en Asia Central, en 329 a.C., no disponía apenas de información sobre las poblaciones  que pretendía someter, y encontró una cultura antigua y altamente desarrollada, no los pueblos "bárbaros" que imaginaba...

 Los guías partos que le acompañaban le habían advertido que tendría que franquear "montañas que tocaban el cielo". Tras atravesar lo que hoy es Afganistán, cruzó el Parapamisos (Hindu Kush), y llegó a Bactria (su territorio se corresponde en su mayor parte con el actual Tayikistán y norte de Afganistán). Tomó el país con poca dificultad, e incluso contrajo matrimonio con la hija de un sátrapa bactriano, la hermosa Roxana, su primera esposa.

  Al norte, tras cruzar el río Oxus (Amu Darya), se encontraba Sogdia (en el actual Uzbekistán y parte de Tayikistán), con las ciudades de Maracanda (Samarkanda) y Tribactra (Bujara). Aquí sí encontró fuerte resistencia, y la ocupación de este reino está salpicada de campañas descritas como sanguinarias por muchas fuentes. A orillas del río Jaxartes (Sir Darya) fundó una ciudad, Alejandría Eskaté ("la última", "la lejana"). Es la actual Khodjent, la segunda ciudad más poblada de Tayikistán. Al otro lado del río comenzaban las tierras de los escitas, a quienes no logró dominar...

 Tras la muerte de Alejandro se fraccionó su imperio. Bactria y Sogdia pasarían a formar parte del imperio seléucida, y más tarde del reino grecobactriano.





 Tres adjetivos califican la gesta histórica de Alejandro: fue breve en el tiempo, desmesurada en el espacio y las intenciones, y efímera en cuanto a sus resultados. Pero abrió las puertas de Asia al helenismo, creando puentes entre los habitantes de los extremos del mundo entonces conocido...